lunes, 27 de abril de 2009

Mi Peluquero lee a Nietzsche...



Pues si, y no solo a Nietzsche sino a toda la cuadrilla: a Platón, Descartes, Kant, Marx, Sócrates y no se lo he preguntado pero creo que hasta Confucio le cae simpático.
Y no quiero ser malo, pero la mayoría de las veces eso me mata, porque yo llego cansado de trabajar todo el día y solo quiero que me corte el pelo, nada más......., sentarme allí, cerrar los ojos, dormitar un rato y a los veinte minutos que me toque el hombro y me diga: "son 10 €, oiga usté", pero tratándose de mi peluquero (...) eso es una utopía.

Y bueno, diréis vosotros: "joer!, pues cambia de peluquero y asunto arreglado".
No es tan fácil, soy un chico de costumbres fijas y llevo ya varios años yendo a él cada mes y no voy a cambiar ahora, por otra parte en su oficio no es malo y me deja siempre hecho un pincel, o al menos eso asegura mi abueliña.


L o peor del asunto no es que yo llegue allí, me siente y me dé una hora de charla existencialista hablando sobre el nihilismo y la muerte de Dios , sino que no se limita a hablar, él busca la batalla dialéctica, quiere que participe, que opine y si no estoy de acuerdo que rebata lo que afirma. Así que me obliga a asentir con la cabeza a cada rato dando muestras de plena atención y haciendo pausas incluso para que también haga yo juicios de valor. A veces hago un esfuerzo y termino entrándole al trapo y al rato me sorprendo a mi mismo gesticulando mano alzada y opinando sobre temas que media hora antes solo recordaba haber leído de refilón en el instituto. x'D
Pero otras no, la mayoría de las veces veo de reojo hacia la puerta cada diez minutos deseando que llegue un nuevo cliente que lo presione y le meta prisa para que me deje ir a casa a echar una rápida al Resident Evil.
Esta tarde fui a cortar el pelo, y cuando al entrar vi que no había un alma en la sala de espera, entorné los ojos hacia arriba y suspiré previendo una "paliza" de las de hora y cuarto.
Pero hoy me equivoqué, hoy fue una tarde de llorar a lágrima viva. Me saludó sin grandes ademanes, me acomodé en el sillón, me puso el "superbabero" ese ridículo que siempre me pone y cuando ya pensaba que Nietzsche se equivocaba y que no solo había Dios sino que San Judas Tadeo estaba en la plantilla, se acerca a mi y muy grave y muy serio le escucho:

"No se si ya te conté, Jorge, que hace un par de meses me pararon en la calle dos tipos (...) Téstigos de Jehová..."


1 comentario:

  1. ¿que será peor que tu peluquer@ te hable de esos temas, o que en medio de la peluquería te diga.. "a ver que te hacemos hoy, porque a ver si ligas algo y te nos casas"... delante del resto de chicas, de más o menos tu edad, que están esperando su turno?

    ResponderEliminar